Identificar qué tipo de piel tienes es muy importante para darle los cuidados cosméticos que necesita.

Uno de los tipos de piel más común es tener la piel grasa. Se caracterizan porque producen un exceso de sebo que suele mostrarse en forma de zonas brillantes sobre las áreas centrales del rostro, especialmente en la frente y la nariz, y en otros casos, suelen desarrollar acné generalizado y algunas combinan la grasa con zonas más secas y deshidratadas. Además, los poros se muestran dilatados y la piel es más gruesa.  

Este tipo de piel, gracias a tener ese manto rico en sebo, tiene una gran capacidad de protección frente a las agresiones externas, pero como contrapartida esa grasa se tiende a acumular en los folículos, traduciéndose en la  aparición de puntos negros o acné. 

Así, hay que tratar tres aspectos esenciales: regular el sebo, atenuar el poro dilatado y tratar los granitos.

Tengo la piel grasa, ¿qué debo hacer?

Primero, escoger los productos cosméticos indicados empezando por la limpieza que en este tipo de pieles es primordial.

 1. LIMPIEZA

Evitar el uso de limpiadores agresivos y astringentes, porque una limpieza excesiva aumenta la producción de sebo.

Escoge limpiadores suaves y que respeten el manto hidrolipídico de la piel. Esto lo vamos a conseguir con productos que tengan un pH alrededor de 5 que controlen las secreciones excesivas y que tengan tensioactivos (agentes limpiadores) muy suaves.

¿Puedo hacer la doble limpieza si tengo la piel grasa?

Claro que sí. Con la doble limpieza facial conseguirás limpiar en profundidad la piel, controlando el exceso de grasa y evitando imperfecciones.

Aplica primero el aceite desmaquillante y después la espuma limpiadora con Cica. Hazla sí o sí por la noche para retirar el maquillaje y la suciedad y que los poros no se obstruyan. Por la mañana, dependerá de cómo sientas tu piel para realizar la doble limpieza o solo usar la espuma limpiadora.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

#USUTip: si tienes granitos evita la exfoliación con micropartículas, porque podría emporar, ya que la acción mecánica de los micro gránulos rompe el granito y puede expandir la bacteria por otras zonas del rostro.

2. CEPILLOS LIMPIEZA FACIAL

Si tienes la piel grasa sin tendencia al acné, te recomendamos utilizar un cepillo de limpieza facial, porque realiza una limpieza exhaustiva y profunda muy adecuada para este tipo de pieles, además de suave.  

Puedes usarlo una vez al día o cada dos días o en días alternos, dependiendo de tus necesidades.

EASY NUSU

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otra opción para completar la limpieza con la espuma limpiadora es la esponja konjac purifying con ceniza activa de bambú, activo de propiedades antibacterianas y antifúngicas que limpia profundamente los poros y absorbe el exceso de grasa y toxinas de la piel. ¡Elige tu complemento o dispositivo!

3. HIDRATACIÓN

¿Si tengo la piel grasa debo hidratarla?

Por supuesto. Una piel grasa deshidratada va a producir más sebo.

Escoge productos sin aceites, con texturas fluidas y ligeras tipo geles. Las esencias hidrantes son ideales para aportar hidratación antes de la crema.

Realiza la hidratación una o dos veces al día. Si lo haces una, hazlo por la noche que es cuando la piel se regenera.

4. PROTECCIÓN SOLAR

La piel grasa y la grasa propensa al acné es más sensible y tiene tendencia a la irritación, así que es muy importante protegerla de los efectos dañinos del sol (rayos UVB y UVA).

Usa cremas con protección solar o protectores solares con texturas fluidas.

5. GRANITOS

Cuando aparezcan los molestos granitos en tu rostro, la mejor opción es que utilices un producto específico como SOS Spot Powder que te ayude a eliminarlos, nunca los explotes, porque conlleva un aumento en el riesgo de infección que puede ocasionar la aparición de cicatrices.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Siguiendo estos cuidados, controlarás el exceso de sebo, evitarás los granitos, la aparición de imperfecciones y brillos; tu cutis se mostrará saludable y suave.

#USUTip: Cuida tu dieta, ya que una mala alimentación puede influir negativamente en la piel.